La secta chiita: Orígenes y creencias
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La secta chiita: Orígenes y creencias
Preparado por:
Dr. Ahmad Jidir Husain Al Hasan
Shaij As-Sayid Murad Salama
En el nombre de Al-lah, el Clemente, el Misericordioso
Introducción
Alabo a Al-lah por todas Sus bondades, Le pido que me ayude a cumplir con mis deberes hacia Él como se debe, Le pido perdón humildemente, Le pido que me guíe hacia el camino que lleve al Paraíso, me refugio en Él del mal que hay en mí mismo y del mal de los susurros del Shaitan. Doy testimonio que nada ni nadie merece adoración más que Al-lah, un testimonio con el que busco ganar Su misericordia, y atestiguo que Muhammad fue Su siervo y Mensajero, que Su paz y sus bendiciones sean con él, con todos sus familiares, con todos sus seguidores y con todos los que sigan sus enseñanzas hasta el Día Final.
He basado este resumen en el libro Tabsira Al Muwahhidin Bi Jianat Wa Mujattat Ash-Shi’a ‘Alal Islam Wal Muslimin, del Shaij Al Sayid Murad Salama, que Al-lah le dé lo mejor, por ser un trabajo donde se expone con claridad el desvío de los chiitas de los principios del Islam, los cuales fueron transmitidos por el Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), lo que nos permite afirmar que ellos decidieron tomar otra senda diferente al Islam. Además, se habla del peligro que esta secta representa para los musulmanes.
Los sabios del Islam nos advirtieron sobre el discurso que manejan y la forma en que injurian a los Sahaba (discípulos, seguidores del Profeta Muhammad, que Al-lah esté complacido con todos ellos). Entre las formas de extravío de los chiitas podemos mencionar que ellos se atreven a acusar a varios de los Sahaba de apostasía, se desviaron en la comprensión e interpretación del Corán, además de adulterar claramente las enseñanzas del Profeta Muhammad.
Para realizar el presente escrito tomé dos capítulos del libro y los dividí de la forma más conveniente, según mi entendimiento, de la siguiente manera:
Capítulo primero: Qué es el chiismo y cuándo se originó
Primera sección: ¿Qué es el chiismo?
Segunda sección: Etapas del desarrollo del chiismo
Tercera sección: ¿Quiénes son los rafida?
Capítulo segundo: La creencia chiita y su extravío
Primera sección: La creencia chiita sobre el Tawhid Ar-Rububia
Segunda sección: La creencia chiita sobre el Tawhid Al Uluhia
Tercera sección: La creencia chiita sobre el Tawhid Al Asma’ Was-Sifat
Le pido a Al-lah que nos beneficie a todos con este libro y que le dé muchas bendiciones a todo aquel que colabore con su publicación, traducción y distribución.
Capítulo primero
¿Qué es el chiismo y cuándo se originó?
Primera sección:
¿Qué es el chiismo?
Al Yuryani (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) definió a los chiitas como aquellos que alegaban seguir y ser partidarios de Ali (que Al-lah esté complacido con él) y que aseguraban que él era el Imam (guía, dirigente) y sucesor por derecho del Profeta Muhammad, y que el liderazgo de los musulmanes debía permanecer en su linaje[1].
En un comienzo, este apelativo no era algo que identificara solo a los que decían seguir a Ali y ser sus partidarios, era un término general que se usaba para todos. Lo anterior queda claro cuando leemos, por ejemplo, los sucesos que se registraron en el acuerdo entre Ali y Mu’awia en la Sahifa Al Tahkim (oficio de registro de arbitraje), en el que se mencionó lo siguiente: Este es el registro de arbitraje entre Ali y Mu’awia, y los seguidores de cada uno de ellos. Ali y sus partidarios (shiatuhu) aceptaron a ‘Abdul-lah Ibn Qais como árbitro, y Mu’awia y sus partidarios (shiatuhu) aceptaron a ‘Amr Ibn Al ‘As[2].
En At-Tarij de Al Ia’qubi se registra que Mu’awia le dijo a Bisr Ibn Arta’ cuando lo mandó al Yemen: “Ve hasta Sana, que allí te encontrarás con seguidores (shi’a) nuestros”. Por lo tanto, los seguidores de cualquiera de una de estas nobles personas eran reconocido con esta palabra y no denotaba para nada la superioridad o inferioridad de quienes ellos seguían. En la época de Abu Baker y la de Omar Ibn Al Jattab no había diferencia alguna en cuestiones religiosas, es más, Ali y sus hijos aceptaron el mando de los califas y oraban detrás de ellos. Fue tiempo después cuando personajes como Ibn Saba’ encendieron el fuego de la fitna entre los musulmanes, y a partir de ese entonces es que la palabra shi’a (chiita) se usó solo para identificar a estos llamados seguidores de Ali y diferenciarlos en la creencia del resto de los musulmanes[3], al punto de llegar a convertirse en prácticamente una nueva religión, con sus propias creencias y prácticas religiosas.
Segunda sección: Etapas del desarrollo del chiismo
1. Primera etapa: Al principio era una simple manifestación de admiración, predilección, favoritismo y amor por Ali y la familia cercana del Profeta. El trato y buena voluntad para con el resto de los Sahaba se mantuvo intacto.
2. Segunda etapa: La simple admiración se convirtió en extremismo (ar-rafd) completo por resaltar a Ali (que Al-lah esté complacido con él) y a algunos de sus familiares, tanto así que se extendió la idea entre los que se desviaron y se fueron por este camino de que los demás Sahaba eran incrédulos, y se inventaron creencias totalmente contrarias al Islam, como la taquiya (ocultar sus creencias a quienes no son chiitas y hacerlos pensar que creen lo mismo y que no hay diferencia entre ambos), el imamato (liderazgo exclusivo de Ali y sus sucesores), la infalibilidad de sus imames, Ar-Rayy’a (la vuelta a la vida de Ali, Husain y otros personajes cuando aparezca su último imam), etc.
3. Tercera etapa: Divinización de Ali Ibn Abi Talib y los imames que esta secta adoptó, la introducción de la creencia en la reencarnación y otra serie de creencias esotéricas que contradicen el Islam y que los llevaron a perderse por completo.
¿Cuándo apareció el chiismo?
Las divisiones profundas en el seno de los musulmanes se dieron luego del asesinato del califa ‘Uzman Ibn ‘Affan (que Al-lah esté complacido con él), hecho que generó conflictos internos entre los musulmanes que desembocaron en conflictos armados, dejando muertos entre las filas de todas las partes involucradas. Luego de la muerte de Ali, su hijo Al Hasan renunció voluntariamente al califato y le entregó el mando de los musulmanes a Mu’awia (que Al-lah esté complacido con él). Tomó esta decisión para poner fin a la guerra y unificar a los musulmanes nuevamente, además, lo hizo cumpliendo una de las profecías del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él), en la que anunciaba que su nieto, Al Hasan, sería un líder de los musulmanes y que él conciliaría entre dos grandes facciones de los musulmanes, tal como se registró en uno de sus hadices[4]. Su actuar fue efectivo y trajo la paz y la unidad nuevamente; por eso, ese año, el 32 de la Hégira, es conocido en la historia como “el año de la unidad” (‘Am Al Yama’a).
Pese a que el conflicto aparentemente era solo político, en el fondo, más allá de la lucha por el poder, se encuentran diferencias ideológicas profundas relacionadas con la aplicación misma de la ley islámica, lo que le da un toque religioso sin lugar a dudas. Cada bando pedía que se cumpliera lo que la Shari’a dicta, pero de diferentes formas. Mu’awia y sus seguidores exigían que se vengara el asesinato del califa ‘Uzman y se castigara inmediatamente con la pena máxima a quienes lo mataron, sin consideraciones ni concesiones. Por su lado, Ali veía que primero había que unir a los musulmanes bajo un gobernante, así que demandó que Mu’awia y sus seguidores le juraran fidelidad como nuevo Califa, para luego actuar. Así fue que los musulmanes se vieron divididos en dos grandes grupos ―tal como lo había anunciado el Profeta Muhammad muchos años antes―: uno que veía que Ali debía asumir como Califa de los musulmanes, mientras que el otro ―el de Mu’awia― reclamaba justicia para que los asesinos ‘Uzman pagaran por su crimen. Hubo unos cuantos que se mantuvieron neutrales, no apoyaron ni estuvieron en contra de nadie. Tanto Ali como Mu’awia actuaron de buena voluntad, pero la posición de Ali fue la más razonable, además, él actuó con base en el principio establecido por el Profeta Muhammad que dicta que el líder debe luchar en contra de un grupo agresor hasta hacerlo rendirse.
A estas alturas, el apelativo chiita comenzó a usarse en referencia de los que apoyaron a Ali y lucharon con él. La mayoría de estas personas eran de Irak, pero tenían muchos defectos que hicieron que Ali se desilusionara de ellos y los recriminara fuertemente, en especial cuando se negaron a luchar contra el ejército que levantó el Corán con sus espadas cuando vieron que la derrota les llegaba.
Finalmente, llegó del Yemen a la ciudad de Kufa un hombre llamado ‘Abdul-lah Ibn Saba’, quien alegaba que se había convertido al Islam. Poco a poco ganó adeptos a sus ideas, que se hacían cada vez más extremistas en cuanto a la persona de Ali y lo que él representaba. Sus ideas fueron tan dañinas que llegaron a deificar a Ali, anunciándolo en público y frente a él. Cuando los escuchó blasfemar de esta manera, los amenazó con quemarlos en una hoguera que había mandado encender si ellos continuaban alegando semejante disparate, pero su desvío era tan grande que le dijeron: “Con ese fuego nos estás confirmando que tú eres Dios, porque solo Dios es quien castiga con el fuego”[5]. Ibn Saba’ fue exiliado, pero sus ideas y enseñanzas siguieron haciéndose más y más populares entre los llamados “partidarios y seguidores” de Ali, que ya se habían extraviado de la senda recta como nadie; dichas enseñanzas fueron la base del resto de creencias que alejaron al chiismo de lo que es el Islam[6].
De ahí en adelante el chiismo dejó de ser un simple favoritismo por alguien y pasó a convertirse en una ideología independiente. Ya no fue más una diferencia de opiniones respecto a quién tenía derecho al califato; fue una religión totalmente nueva.
Tercera sección: ¿Quiénes son los rafida?
Rafida proviene de la palabra rafd, que significa en español “dejar” o “abandonar”[7]. En referencia a la secta, los rafida hacen parte de los chiitas imamitas, específicamente los duodecimanos, que se distinguen por su rechazo de Abu Baker y Omar, en especial, y de la gran mayoría de los Sahaba, alegando que todos ellos cometieron apostasía y creen que insultarlos es una forma de adoración. Dijo el Imam Ahmad Ibn Hanbal: “Los rafida son todos aquellos que no aceptan a la gran mayoría de los Sahaba, que los insultan y denigran”[8]. El Shaij del Islam Ibn Taimiah, Abdul-lah Bin Ahmad y el Imam Abul Qasim At-Taimi dijeron sobre ellos: “Son la secta que insulta específicamente a Abu Baker y a Omar”[9]. Es así que, de todas las sectas atribuidas al Islam, los rafida son la única que se conoce por los improperios que lanzan en contra de los dos primeros califas.
En los libros mismos de los chiitas encontramos registros que comprueban su actitud frente a estos dos grandes personajes del Islam y de los demás Sahaba. Ad-Darazi transmitió de Muhammad Ibn Ali Ibn Musa que dijo: “Le pregunté a Ali Ibn Muhammad[10] en un escrito que le mandé: ¿Es suficiente para identificar a una persona como nasibi el hecho que esta crea que los dos ídolos [Abu Bakr y Omar] tenían preferencia sobre el Imamato? Respondió: ‘Si así cree, entonces es un nasibi’”[11].
Capítulo segundo
La creencia chiita y su extravío
La creencia chiita es una de las más peligrosas, ya que es una calumnia en contra de Al-lah, de Sus ángeles, de Sus profetas y de los Sahaba.
Primera sección: La creencia chiita sobre el Tawhid Ar-Rububiya
1. Los chiitas creen que el señor y dueño de todo cuanto existe es el imam de la época. Esta creencia se encuentra mencionada en sus libros; en Mir’a Al Anwar Wa Mishka Al Asrar, página 59, se relata, según sus alegatos, que Ali dijo: “Yo soy el Señor de la Tierra…”; o lo que uno de sus teólogos, Al ‘Ayashi, dijo en su tafsir explicando lo que dijo Al-lah: {[…] y que no adore a nadie más que a Él} [Corán 18:110]: “Se refiere a Ali, a someterse a su mandato y no aceptar que otro tiene más derecho que él y su descendencia”.
2. Creen que los asuntos de este mundo y del más allá están en las manos de sus imames, quienes deciden sobre ellos. En Al Kafi de Kualini (1/407-470), se registró que Abu Basir transmitió de Abu ‘Abdul-lah (la paz sea con él) que dijo: “¿A caso no saben que los asuntos de este mundo y del más allá están a disposición del imam de la época!”. Estas enseñanzas contradicen a Al-lah cuando dijo: {La Tierra es de Al-lah, y la dará en herencia a quien quiera de Sus siervos. El buen fin es para los que tienen temor [de Al-lah]} [Corán 7:128]. Ali es inocente de la incredulidad en la que han caído.
3. Creen que los fenómenos naturales ―que solo suceden por voluntad de Al-lah, como la lluvia, los truenos y relámpagos, etc.― ocurren porque así lo quieren sus imames. Al Maylisi, en su libro Bihar Al Anwar (27/33), registró de Sama’a Ibn Muhran que dijo: “Estaba donde Abu ‘Abdul-lah, entonces tronó y relampagueó, y dijo: ‘Ha tronado y relampagueado por voluntad de Ali, la paz sea con él’”.
4. Creen que sus imames conocen lo oculto. Al Kulaini, en Al Kafi (1/258), tituló un capítulo: “Los imames, la paz sea con ellos, conocen cuándo llegará su hora, y no mueren sino cuando ellos quieren”. Otro capítulo del mismo libro (1/260) fue titulado: “Los imames conocen el pasado y el futuro, y no hay nada que se escape a su conocimiento”. Al Maylisi registró en Bihar Al Anwar (26/27-28), que As-Sadiq dijo: “Por Al-lah que conozco lo pasado y lo futuro”, uno de los presentes le preguntó: “¿Ustedes conocen lo oculto?”; le respondió: “Ay de ti, yo conozco hasta los genes del hombre y sé que hay en el vientre de las embarazadas”.
Segunda sección: La creencia chiita sobre el Tawhid Al Uluhiya
1. Los chiitas creen que sus doce imames son intermediarios entre Al-lah y Sus criaturas. Al Maylisi en Bihar Al Anwar (23/97) registró de sus imames: “Los imames son el velo de Al-lah y los intermediarios entre Él y la creación”. Además, tituló un capítulo del mismo libro: “La gente no será guiada sino a través de ellos, son los mediadores entre la creación y Al-lah, y nadie entra al Paraíso a menos que los reconozca a ellos y los acepte”.
2. Usan las tumbas de sus imames para hacer súplicas, donde les piden ayuda a ellos en asuntos que solo Al-lah tiene el poder para resolver. Al Maylisi en Bihar Al Anwar (94/29) escribió: “Si tienes alguna necesidad y le quieres suplicar ayuda a Al-lah, escríbela y déjala en la tumba del imam que quieras o coge el papel y ponlo en una bola de barro y arrójala a un río o en un pozo profundo, así le llegará al imam y él se encargará de responder la súplica”.
3. Creen que sus imames tienen el poder de dictar qué es halal y qué es haram. Al Kulaini en Usul Al Kafi (1/411) y Al Maylisi en Bihar Al Anwar (25/340) registraron: “Al-lah creó a Muhammad, a Ali y a Fátima. Mil años después creó el resto de cosas y se las presentó a ellos. Dictó que en las manos de ellos está hacer lícito o ilícito lo que deseen”.
4. Adoran las tumbas de sus imames y hacen sacrificios de animales en ellas. Ya habíamos mencionado que les suplican en ellas, además, se postran y arrodillan ante ellas. Hacen promesas monetarias y donaciones en cuentas especiales para cada templo donde hay una.
5. Creen que la tumba de Al Husain cura todos los males. Al Maylisi registró unos ochenta y tres relatos que hacen referencia a los beneficios que tiene la tierra de la tumba de Al Husain, dentro de los cuales podemos mencionar el que supuestamente Abu ‘Abdul-lah dijo: “Embadurnen a sus niños con la tierra de la tumba de Al Husain, pues eso los protegerá”; y aquel en el que recomendó: “Cuando estén ante la tumba digan: “Mi señor, hijo del Profeta, he tomado con tu permiso un poco de tierra de tu tumba. ¡Oh, Al-lah! hazla cura para todo mal, gloria ante toda humillación, seguridad para que no haya miedo y riqueza para que no haya pobreza”.
Tercera sección: La creencia chiita sobre el Tawhid Al Asma’ Was-Sifat
1. Los chiitas duodecimanos niegan los atributos de Al-lah. No creen que Al-lah escuche o vea, que tenga rostro o manos, ni creen en que esté fuera o dentro del universo, igual que sus maestros los mu’tazila. Pero los nombres y las características que niegan de Al-lah se las atribuyen a sus imames, tal como lo menciona Al Kulaini en Al Kafi (1/143): “Dijo Ya’far Ibn Muhammad, la paz sea con él, explicando lo que Al-lah dijo {A Al-lah pertenecen los nombres más sublimes, invócalo a través de ellos} [Corán 7:180]: ‘Nosotros [los imames] somos esos nombres a los que se refiere, por eso Él no acepta las obras de Sus siervos si ellos no creen en nosotros’”.
2. Creen que el Corán no es la Palabra de Al-lah sino que es una de Sus creaciones. El Maylisi corrobora esta creencia en el capítulo que nombró: “El Corán es una creación”, donde registra doce relatos sobre esta creencia que lleva a quien la adopta a la incredulidad.
3. Niegan que el Día del Juicio Al-lah permitirá que se Lo vea. Ibn Babawei en su libro At-Tawhid lo menciona así, al igual que Al Maylisi, uniéndose en esta creencia a sectas como los yahmia, los mu’tazila y los jawariy.
[1] At-Ta’rifat (1/42).
[2] Mayymu’a Al Wazaiq As-siasiya de Muhammad Hamidul-lah.
[3] Al Mawsu’a Al Muyassara, tomo 2, página 1094.
[4] Bujari, tomo 8, página 86.
[5] El registro completo se encuentra en el libro Tarij Al Islam de Adh-Dhahabi, tomo 3, página 643.
[6] Esta información se encuentra ampliada en los siguientes libros chiitas: Al Maqalat Wal Firaq de Sa’d Bin ‘Abdul-lah Al Qummi, página 21; Firaq Ash-Shi’a del Nabujti, página 22; Ijtiar Ma’rifa Ar-Riyal del Tusi, página 108 y 109; Tanquih Al Maqal de Al Maqani (2/184); Man La Yahudruhu Al Fiqh (1/229); y Al Anwar de Ni’amaniya (2/234).
[7] Ver los diccionarios: Al Muhit de Fairuzi Abadi y Maqayis Al-luga de Ibn Faris.
[8] Tabaqat Al Hanabila de Ibn Abi Ya’la (1/31).
[9] Al Huyya Fi Bayan Al Mahayya (2/478).
[10] Él fue Abu Al Hasan, Ali Al Hadi Ibn Muhammad Al Yawad Ibn Ali Al Rida, conocido como Al ‘Askari. Uno de los imames según los imamitas duodecimanos. Nació en el 213 o 214 de la Hégira y murió en el 250. Se puede encontrar en Wafiyat Al A’yan (3/272).
[11] Al Mahasin An-Nafsaniya de Muhammad Al ‘Asfur Al Darazi, página 145.